“De rey popular a caído”, ¿y la monarquía española?
por Flavia Poy Barrio
Juan Carlos I reinó en España durante casi 40 años, y nadie niega que fue una figura clave para la transición democrática en el país. La corona en España es un tema muy recurrente, pero en los últimos años, especialmente desde que abdicó en junio de 2014 y cedió la corona al actual rey, Felipe VI, ha dejado mucho que desear respecto a su ciudadanía.
El nivel de colapso fue tal que, en agosto del año pasado, decidió abandonar España e irse a los Emiratos Árabes Unidos, después de dirigirse formalmente en una carta a su hijo con el fin de facilitar el ejercicio de este “desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad”. Ahora bien, las investigaciones que cercan al rey emérito Juan Carlos I, al que se le relaciona con delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública, suponen uno de los mayores escándalos monárquicos en Europa. Es más, es el único monarca europeo relacionado con casos de corrupción.
El motivo de este artículo no es discutir la corrupción en sí misma, de la que España debería sentirse muy poco orgullosa, donde se ha multiplicado hasta un nivel totalmente inadecuado para el peso de nuestra economía y nuestro PIB, y donde esta brecha cada día rompe y divide más la sociedad en colores de partidos, en personas renombradas y en las instituciones que van de su mano. El motivo es analizar el peso de una figura como el todavía rey emérito, por cierto, título honorífico otorgado por el Ejecutivo del gobierno de Mariano Rajoy tras su abdicación.
Si nos remontamos al origen de los escándalos que hoy tintan la prensa diariamente, analizaríamos antes la imagen ideal que se hizo alrededor del monarca en su momento, tanto en la política como en los medios de comunicación, tomando a Juan Carlos como el “salvador de la patria” y una imagen casi perfecta que se enseña desde la educación básica, y que desde el año 2007 especialmente ha caído en picada. Entre los motivos más graves que sustentan a todos los tribunales que aspiran a investigarle están:
- Las cacerías del Rey en Botsuana, de la mano de una serie de safaris de lujo pagados por “un empresario saudita”, Mohamed Eyad Kayali, que resultó ser un asesor de la familia real saudí. Y es que, por encima de todo, siempre han destacado lazos con las monarquías del Golfo, siendo Arabia Saudita el país epicentro de su investigación judicial que determinó su abandono de España. En lo cotidiano, diría que todos los españoles y españolas recuerdan al rey con problemas de salud después de sus cacerías de elefantes, algo que lo ha convertido en un objeto de burla.
- Otro escándalo de corrupción involucró a su propia hija, la infanta Cristina, y que terminó con su yerno Urdangarin en la cárcel por malversar miles de euros y quien cumple condena desde 2018.
- La fiscalía del Tribunal Supremo investiga su implicación en un caso de supuesto fraude fiscal y blanqueo de capitales en relación al contrato de la construcción del tren de alta velocidad entre las ciudades de Medina y La Meca, en Arabia Saudita. Los supuestos delitos relacionados con los pagos tras la adjudicación a empresas españolas de las obras del AVE a La Meca estarían prescritos para el rey emérito, ya que ocurrieron en 2008, cuando aún reinaba y era inviolable. Ahora bien, el movimiento del cobro de esa comisión, se dieron después de su renuncia al trono y, por ende, de su pérdida del derecho de inviolabilidad.
Se investiga, además, una «donación» de 100 millones de dólares a la Fundación Lucum, una fundación panameña que tiene como primer beneficiario a Juan Carlos I. Podría haber escondido otra cuenta en Suiza, abierta en otro banco y acumulando hasta 7,9 millones de euros que se habrían invertido en productos financieros. ¿La gente imagina al rey sentado en el banquillo por suponer un delito fiscal? Yo dudaría de muchos.
Por si pareciera poco vergonzante, el último caso fue destapado en 2018 a raíz de una grabación realizada a la mujer que alega ser la ex amante del rey emérito, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una empresaria alemana. Pero su vida sentimental no es pertinente para esta ocasión.
¿Cómo ha avanzado el tema hasta hoy?
Las regularizaciones, que como su nombre indica nacen de algo ilegal e irregular, comienzan a ver la luz. La primera la presentó en diciembre de 2020 “sin requerimiento previo”, de casi 700 mil euros, y relativa a unas cuantías defraudadas por el uso de tarjetas opacas, que financiaba un empresario mexicano. La segunda la realizó el mes pasado, con un monto de 4,4 millones de euros gastados en vuelos y servicios pagados por la Fundación Zagatka de su primo Álvaro de Orleans que, ahora sí, tuvieron lugar después de la pérdida de su inviolabilidad. Por si esto fuera poco, a finales de la semana pasada, en el Congreso de los Diputados se votó por segunda vez a favor de la creación de una comisión de investigación sobre estas irregularidades fiscales millonarias, apelando a la “obligación” de la Cámara Baja a responder como muestra a la soberanía popular.
Ciertamente la historia de España es fascinante, tiene un pasado que honro y una nación a la que le debo gran parte de lo que soy, pero eso no implica que por ello deban olvidarse las injusticias y los aspectos que tienen que cambiar en pro de una sociedad mejor, y sobre la que siento una gran responsabilidad. Considero que hacer aparecer diariamente en los medios de comunicación ciertamente es muy desgastante y el deterioro de la imagen de la monarquía está más presente que nunca pues, aunque el rey haya tenido un muy claro papel de cohesión, ¿acaso la sociedad no tiene motivos suficientes para pedir explicaciones?
La monarquía nació de una antigua forma de poder estatal unipersonal y hereditaria que nada tiene que ver con los términos democráticos que demanda un mundo moderno y globalizado del siglo XXI. Eso justifica también que la fiscalía española que supuestamente gobierna bajo el principio de la justicia e imparcialidad, y por la que él tanto luchó, pueda interferir sobre los (todavía supuestos) delitos. Y también como lo hacen fiscalías extranjeras como es el caso de Suiza. Por esto mismo, sería de ingenuos creer que esto se va a quedar aquí y que es fácil de frenar la indudable campaña que existe en marcha contra la Monarquía, por mucho que legalmente simbolice la unidad y permanencia de la nación española.
No sería el primer rey de España en terminar sus días en el exilio, y nadie tiene certeza de que ocurra, pero si su legado histórico se va a reducir a una situación financiera sobre la que no hay aclaraciones, ¿qué esperaríamos de los que le siguen? No obstante, no olvidemos que la ley protege esta figura por encima de todo, y la Constitución de 1978 aún vigente, contiene artículos donde la figura del Rey sigue proponiendo el candidato a Presidente del Gobierno, es denominado el mando supremo de las Fuerzas Armadas o con un contenido como el del artículo 56.3 donde “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad (…)”.
El punto final con el que nos podemos quedar es que España, por suerte, no está en 1975. España ha cambiado, sus instituciones, sus retos, su gente, sus aspiraciones y, por ende, sus necesidades. Si el Rey es un “macro delegado” comercial para España y una especie de embajador nacional, que cuesta casi 8 millones de euros al año y con un salario mensual 20.000 euros brutos, es lógico que a algunos les fallen las cuentas. Para hacer servicios diplomáticos no hace falta ni que tu puesto sea vitalicio ni que la impunidad sea cubierta por el sistema. Aunque simplemente sea por algo ético.
Retomando la carta dirigida a Felipe VI, esta decía: “He sido rey de España durante casi 40 años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona» y, si bien no debo juzgar eso, quizá lo que no todos ven es que objetivo final no es Juan Carlos I en sí mismo. Y ciertamente, no lo es.
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BBC News (2020, 19 de agosto). Por qué Juan Carlos I eligió irse a Emiratos Árabes Unidos tras abandonar España. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53819367#:~:text=lugar%20esta%20prueba.-,Juan%20Carlos%20I%20mantiene%20una%20buena%20amistad%20con%20el%20gobernante,emirat%C3%AD%20conocido%20popularmente%20como%20MBZ.&text=Tambi%C3%A9n%20cuenta%20con%20la%20amistad,gobernante%20del%20emirato%20de%20Dub%C3%A1i.
Araque Conde, P (2021, 5 de marzo). Más de 70 diputados piden que el Congreso investigue la segunda regularización fiscal del emérito. URL: https://www.publico.es/politica/mas-70-diputados-piden-congreso-investigue-segunda-regularizacion-fiscal-del-emerito.html
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Suárez, A. (2018, 20 de Julio). El documental sobre la polémica vida del rey Juan Carlos vuelve a emitirse. Recuperado de el Plural: https://www.elplural.com/sociedad/el-documental-sobre-los-escandalos-del-rey-juan-carlos-vuelve-a-emitirse_200416102
Martialay, A. (2021, 26 de febrero). El Rey Juan Carlos paga 4,4 millones a Hacienda con préstamos de amigos. Recuperado del diario El Mundo: https://www.elmundo.es/espana/2021/02/26/6038d5c8fdddffb7608b4647.html