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El país de las tres verdades

By Entre Comillas
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por Flavia Poy Barrio

Una especie de mancha negra sobre la situación boliviana nos aclara las tres primeras verdades: una sociedad muy pobre, muy corrupta y muy desigual. El hoy convertido en héroe nacional, Evo Morales, regresó al país la semana pasada después de un año de su huida. El motivo inmediato es que hace apenas dos semanas ganó las elecciones a la presidencia Luis Arce, de su mismo partido, el Movimiento al Socialismo (MAS). Veamos qué puede haber detrás de todo esto.

Si bien, durante casi catorce años de mandato ha llevado a cabo profundas transformaciones económicas y sociales, identificándose como el primer presidente indígena del país, renunció a su cargo después de lo que muchos reconocen como golpe de Estado y cuyo puesto fue cedido de forma provisional hasta la actualidad a una senadora de la oposición, Jeanine Áñez. 

En contraposición, Evo hacía tiempo tenía confeccionado un modelo un tanto hiperpersonalista que hizo llegar a la gente percepciones de corrupción y desapego entre las clases medias y altas. Además, aumentaron sus incongruencias políticas y pragmáticas y empezó a ser reflejo de un autoritarismo muy lejano a un régimen democrático y libre. Esto se aceleró después del referéndum de 2016, donde solicitaba una reforma constitucional para que se pudiese elegir de forma consecutiva al candidato presidencial, cuando la norma solo permite hacerlo dos veces. 

Efectivamente, Morales se sometió a disputas internacionales que reclamaban una segunda vuelta ya que no contaba con el 50% de los votos y cuya “autoinvestidura” era una suma de abuso de poder, un acto irracional que no contó con los mecanismos del Tribunal Supremo y una violación a la soberanía del pueblo. Inclusive, sus políticas ya no eran tan eficaces. El índice de pobreza extrema en Bolivia aumentó de un 14.9% en 2014 a un 16.4% en 2017. Sus exportaciones de materias primas a países como China, una de sus principales fuentes de ingresos, están muy por debajo en comparación con otros países de la región como Brasil, Chile o Perú. Como comentario al margen y como es lógico, fue alabado por líderes de su misma condición, como los presidentes de Venezuela y Cuba. 

Por otro lado, cabe contemplar escenarios interesantes y muy influyentes para la nueva era tan deseada, con énfasis en la post-pandemia. En primer lugar, según el último informe “The Indigenous World”, realizado por el IWGIA (International Work Group For Indigenous Affairs) en 2019, el 48% de la población de 15 años o mayor es indígena. Así, Bolivia tiene 36 grupos étnicos reconocidos y representa el 21% de las denominadas Tierras Comunitarias de Origen en el mundo. Entre los más destacados están los quechua, los aymara, los chiquitanos y los guaraníes. La discriminación racial a la que estos grupos llevan sometidos a lo largo del tiempo en combinación con la oposición ultracatólica y más conservadora deja en evidencia la inestabilidad hacia la que parece hundirse cada día más esta región.  

A todo lo anterior, hay que sumarle otras variables: en Bolivia hay  una brecha de género enorme donde las mujeres llegan a ganar el 32% que un hombre, un cuarto de su población total son migrantes, y las posibilidades de generar poder adquisitivo son muy reducidas. Esto es, en general para América Latina el 42% de los latinoamericanos ganan por debajo del sueldo mínimo y, añadiendo la cuestión racial, hablamos de una posible crisis muy profunda que perpetúa la no igualdad y el no progreso. Es decir, aunque el país sea un referente para las políticas de izquierda, realmente no vemos un empoderamiento transversal en su gente que favorezca a la nación. 

En este sentido, ¿estamos esperando entonces ver nuevos rumbos? En consecuencia, pensaremos que sí. El pueblo boliviano necesita una madurez mucho mayor para organizarse y hacer cumplir sus demandas. Estamos hablando del octavo país del mundo con menor adherencia en el Índice de Estado de Derecho, donde el único indicador por encima de la media es la ausencia de delito y ausencia de conflicto civil, cifra que parece paradójica según lo que hemos analizado hasta el momento. Lo mismo sucede con el apartado de derechos fundamentales tales como los laborales, libertad religiosa, de expresión y de asociación. 

La situación de Bolivia es bastante atípica. Recurrentemente, es muy interesante analizar futuros caminos ‘tabú’ de los que pocos hablan, como es la senda de las drogas. Es el tercer productor mundial de cocaína y las entidades criminales tanto autóctonas como exógenas cada vez interactúan con más facilidad y buscan más aceptación. Es más, nada puede asegurarnos que Bolivia no se encuentra también prisionera del narcotráfico. No solo cada vez se generan más modalidades de distribución y consumo, sino que se suma el ultramar gracias a las incontrolables fronteras de, por ejemplo, su vecino Brasil. Personalmente, considero que la despenalización de las drogas duras es algo que terminará sucediendo en muchos países. Es el caso de Estados Unidos, quien tantas veces ha acusado a Bolivia, el pasado 3 de noviembre el estado de Oregón descriminalizó el uso de “pequeñas cantidades” de drogas duras. ¿De verdad alguien todavía se plantea que esto se va a terminar aquí? Por supuesto que no, y claro que el gobierno se va a involucrar para darle continuidad a este fenómeno que tanto le beneficia monetariamente. 

En un mundo con realidades muy opacadas, principalmente por las predominantes políticas globales de Occidente y un tanto ‘eurocentristas’, una vez más aparece la sensación de inexistencia de los problemas que van mucho más allá que un golpe de Estado o unas protestas urbanas. Las notas periodísticas a menudo no tienen contacto con la realidad que vive el boliviano promedio y, nosotros, como observadores, seguimos aspirando a metas globales muy lejanas de lo que se vive día a día y de lo que dictaminan instituciones como la ONU que pretenden proyectos utópicos como erradicar el hambre en menos de una década. Y obviamente para este país tampoco nos convence. 

Ante la inminente inestabilidad solo queda reflexionar sobre lo siguiente, ¿Bolivia será capaz de renacer de sus cenizas y explotar económicamente industrias claves como la del litio, esencial para toda la fabricación de baterías eléctricas en el mundo? ¿Cómo estaría afectada si el gobierno pierde su legitimidad democrática, como ocurrió hace pocos meses? ¿Vamos realmente a lograr visibilidad de contextos diversos, con vidas que importan, y como no se ha hecho hasta el momento? Quizá. “Algún día”. Se dice que el tiempo es el alma de este mundo, y nada más cierto que estas sociedades lo necesitan aprovechar más que nunca. 

Larse, F (2020). Grandes desafíos para la renovada legitimidad democrática boliviana. Instituto de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de la Plata. URL: http://www.iri.edu.ar/index.php/2020/10/21/grandes-desafios-para-la-renovada-legitimidad-democratica-boliviana/

Casas, J. (13 de julio de 2020). Hambre crece en América Latina a niveles “escalofriantes”: FAO, World Economic Forum. URL: https://es.weforum.org/agenda/2020/07/hambre-crece-en-america-latina-a-niveles-escalofriantes-fao/

Timini, J & El-Dahrawy Sánchez-Albornoz, A. (17 de mayo de 2019). El impacto de China sobre América Latina: los canales comerciales y de inversión extranjera directa, Banco de España, Boletín Económico 2/2019. 

IWGIA (2019). The Indigenous World 2019, International Work Group For Indigenous Affairs. URL: https://www.iwgia.org/images/documents/indigenous-world/IndigenousWorld2019_UK.pdf

(OHCHR, 2011). Reporte Alternativo Bolivia: Convención Internacional Contra Toda Forma de Discriminación Racial, Cladem Bolivia. URL https://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CERD/Shared%20Documents/BOL/INT_CERD_NGO_BOL_78_8187_E.pdf

World Justice Project (2019). Índice de Estado de Derecho, Análisis 2017-2018. URL https://worldjusticeproject.org/sites/default/files/documents/2017-18%20ROLI%20Spanish%20Edition_0.pdf

Barría, C. (4 de octubre de 2019). Los países de América Latina donde más ha crecido la pobreza extrema (y donde ha bajado), BBC News. URL: https://www.bbc.com/mundo/noticias-49923889

Ruiz de Arcaute, M. (Junio de 2019). Desgaste, corrupción y autoritarismo: por qué Evo Morales podría perder las elecciones en Bolivia, ABC Internacional. URL: https://www.abc.es/internacional/abci-desgaste-corrupcion-y-autoritarismo-morales-podria-perder-elecciones-bolivia-201906010209_noticia.html

Aymerich, R. (23 de noviembre de 2019) Bolivia, una guerra entre dos mundos, Diario La Vanguardia. URL: https://www.lavanguardia.com/internacional/20191123/471810653478/america-latina-bolivia-indigenas-evo-morales.html

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