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Myanmar: Crónica de un golpe anunciado

By Entre Comillas
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por Estefanía González

La imagen de la monja Ann Rose Nu Twang arrodillada frente a varios policías birmanos para proteger a unos manifestantes de la ciudad de Myitkyina, en el norte de Myanmar, se ha convertido en un símbolo de unidad dentro del país y ha conmovido profundamente a muchos fuera de él, a una sociedad internacional que observa cómo el golpe militar está afectando al país y a sus ciudadanos. Dos de los policías se unieron a ella en el suelo, pero le dijeron que tenían un deber que cumplir, a lo que ella respondió: “Si realmente necesitan matar, mejor dispárame a mí, por favor, daré mi vida”. 

    Pero…¿Por qué se dio el golpe de Estado en primer lugar? En 2015 se dieron las primeras elecciones libres del país desde hace 25 años, cuando los militares tomaron el poder. En noviembre de ese año, las urnas dieron la victoria a la Liga Nacional de la Democracia (LND), cuya líder, Aung San Suu Kyi, de 75 años, recibió el premio Nobel de la Paz en 1991 por ser “un ejemplo extraordinario del poder de los que no tienen poder”, ya que estuvo detenida en numerosas ocasiones por llevar la democracia a un país gobernado por militares que, pese a la “apertura democrática” de 2016, aún tienen un gran poder político y controlan las fuerzas de seguridad, como ha quedado en evidencia tras el golpe. Desde esas elecciones, Suu Kyi fue considerada la presidenta “de facto” del país, ya que de acuerdo con la ley birmana, el tener hijos nacidos en el extranjero la descalifica como posible candidata para representar al poder Ejecutivo de su país. 

    Sin embargo, los militares nunca consideraron esas primeras elecciones como algo más que una mera encuesta de popularidad y aprobación de la comunidad extranjera, por lo que convocaron otras para el 8 de noviembre del año pasado, en las que la LND se alzó con el 83% de los votos. En esta ocasión el ejército ha alegado fraude, pero sin ser respaldados ni por la comisión electoral nacional, ni por los tribunales, ni los observadores electorales. Ante esta falta de respaldo, el general Zaw Min Tun advirtió el 26 de enero de la posibilidad de un golpe de Estado si no se les hacía caso sobre las acusaciones de fraude, incluso sin estar fundadas ni contar con pruebas. Y como se temía, tan solo unas horas antes de que el parlamento birmano se reuniera para establecer la nueva legislatura, el ejército irrumpió en la institución, detuvo a los líderes democráticamente electos y tomó el poder, declarando el Estado de Emergencia por un año.  

    Tras colocar a generales en puestos clave, se creó una “Junta Militar” dirigida por Min Aung Hlaing, quien también controla todo el poder administrativo, legislativo y judicial. El presidente interino es otro general, Myint Swe, quien ha dicho que cuando pase el estado de emergencia de un año, se convocarán elecciones para “poner en funcionamiento una auténtica democracia pluripartidista”.

    Al mismo tiempo, la sociedad birmana se ha volcado en manifestaciones contra los militares, condenando el golpe de Estado y a sus perpetradores. Países como Estados Unidos, Australia, India, Singapur y Canadá también lo han denunciado, debido al duro golpe que esto supone para la democracia en Asia. Pese a la prohibición de internet, decenas de miles de manifestantes antigolpistas han salido a las calles de forma masiva y repetida, levantando las manos en un saludo de tres dedos (similar al utilizado en Los juegos del hambre), como símbolo de resistencia ante el gobierno totalitario que pretende restringir sus derechos. Desde el inicio del golpe de Estado, lo que comenzó como protestas pacíficas pasa una factura de ya casi un centenar de muertos a manos de la policía, según confirman enviados especiales de la ONU, y se han avistado cazas de combate de la fuerza aérea sobrevolando diversas poblaciones, como método de intimidación.  

    “Lucharemos hasta el final”, dijo Ye Kyaw, una estudiante de economía de 18 años que, como muchos universitarios del país, junto con personas de todos los ámbitos, edades, y profesiones, no están dispuestos a permitir que el ejército mantenga el poder. “La próxima generación podrá tener democracia real solo si acabamos con esta dictadura militar”.

Redacción (1 de febrero de 2021). “Aung San Suu Kyi: la nobel de la Paz y heroína caída en desgracia que ahora enfrenta un golpe de Estado”. Obtenido de BBC News Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50728720

Goldman, R. (1 de febrero de 2021). “Golpe de Estado en Birmania: claves para entender qué pasa”. Obtenido de The New York Times: https://www.nytimes.com/es/2021/02/01/espanol/myanmar-golpe.html

Almoguera, P. (2 de febrero de 2021). “Myanmar: el golpe de Estado que todos veían venir y nadie pudo evitar”. Obtenido de El Confidencial: https://www.elconfidencial.com/mundo/2021-02-01/myanmar-cronica-de-un-golpe-anunciado_2930751/

Redacción. (7 de febrero de 2021). “¿Por qué los manifestantes de Birmania copian el saludo de Los Juegos del Hambre?”. Obtenido de La  Razón Internacional: https://www.larazon.es/internacional/20210207/5a6dxvzcqjc7fo2jcqtk2m2ugu.html

Cheetham, J. (13 de marzo de 2021). “Myanmar coup: The “battle tactics” used in crackdowns on protests”. Obtenido de BBC News: https://www.bbc.com/news/world-asia-56373463

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