“Si no me conoces, aquí estoy”: El terror de Boko Haram
por Estefanía González
Desde el pasado viernes 11 de diciembre, los medios y las redes sociales han estado repletas de publicaciones indignadas sobre el secuestro de 334 jóvenes estudiantes de un internado masculino en la región de Katsina, en el norte de Nigeria. Aunque la comunidad internacional está conmovida por esta situación, desgraciadamente no es algo excepcional en Nigeria. Cuatro días después de la desaparición, Boko Haram reclama su autoría y las negociaciones para la liberación de los niños empiezan. Esta vez, con éxito.
El “Grupo de la Gente de la Sunnah para la Predicación y la Yihad”, más conocido cómo Boko Haram, nace en 2002 en esa misma zona, de las más pobres del país africano, y de mayoría musulmana. Fundada por el predicador Mohammed Yusuf, los objetivos principales, que se mantienen a día de hoy, quedaron claros desde el principio: Establecer un gobierno de la Sharia (la ley islámica), en una versión que prohíbe participar en cualquier actividad política o social vinculada con los valores occidentales, como votar o recibir una educación secular. Estos valores son la educación, la tradición judeocristiana y la democracia, a los que acusaba de provocar la pobreza y el sufrimiento del pueblo nigeriano.
Boko Haram, que en la lengua hausa (mayoritaria en la zona) significa literalmente “la educación occidental está prohibida”, se distingue de otros grupos por considerar a toda persona que no esté de acuerdo con su ideología como apóstata y potencial enemiga, sea o no musulmana. Se han declarado como una insurgencia afiliada con el autoproclamado Estado Islámico, hasta el punto entre 2003 y 2004, una parte de sus seguidores establecieron una comunidad en el estado de Bono a la que llamaron “Afganistán”, en la que vivían aislados al estilo talibán.
En 2009, después de una escalada en la violencia y frecuencia de sus ataques tanto al ejército como a la población civil, el Gobierno nigeriano se enfrentó directamente a ellos. Con un saldo de más de 800 seguidores del grupo y de 20 oficiales de seguridad nigerianos, el enfrentamiento acabó con el asesinato de Yusuf, después de lo cual las fuerzas de seguridad dieron por terminado el problema de Boko Haram.
Sin embargo, no podían estar más lejos de la realidad. En 2010, Abubakar Shekau, quien fue la mano derecha de exlíder, se declara como el nuevo jefe de Boko Haram, dando comienzo a una época de violencia sin precedentes, y con un nuevo objetivo: Extenderse a nivel internacional a las vecinas Níger, Camerún y Chad. Con este fin se creó en 2012 una nueva sección dentro de la organización, llamada Arsaru (“Vanguardia para la Protección de Musulmanes en las Tierras Altas”).
A nivel nacional esto significó la declaración del Estado de Emergencia en 3 territorios del norte de Nigeria, donde el grupo tenía más poder (Bono, Adamawa y Yobe). La respuesta del nuevo dirigente fue incrementar la dureza de los ataques, ocupando pueblos e incluso ciudades, y centrarlos en la población civil, especialmente en su parte más vulnerable: las niñas. En 2014, la actividad del grupo fue denunciada internacionalmente debido al secuestro de 276 niñas de una escuela en la región de Chibok. Pese a los esfuerzos a nivel nacional e internacional por rescatarlas, a día de hoy todavía hay 112 desaparecidas presuntamente en manos de los yihadistas. Los testimonios de las que lograron escapar o fueron rescatadas son desoladores. “Era casarme o que me pusieran un cinturón con explosivos en la cadera”, contaba una de ellas a un periodista de la BBC.
Ese mismo año incluso proclamaron brevemente su propio Estado Islámico, pero una fuerte ofensiva del gobierno les obligó a replegarse en una de las regiones norteñas. Tan solo un año después, juraron lealtad al Estado Islámico o Daesh de Abu Bakr al-Baghdadi.
Y las atrocidades no han parado desde entonces. Tan solo a finales de 2020, han quemado vivas a más de 20 personas en la región de Differ en el vecino Níger, y a finales de noviembre tuvo lugar una matanza de casi 100 campesinos. Ahora, reclaman el secuestro de más de 300 niños, otro ataque directo a la educación secular del país. Aunque según las autoridades locales ninguno ha sido asesinado, y mientras lees esto, estén seguros en sus casas, su vida no volverá a ser la misma. Muchos de ellos no volverán a la escuela, sus padres no confían en su seguridad si lo hacen. Personalmente, no les culpo.
“Todos los que se suscriben a la democracia son infieles y los que aceptan el juicio de acuerdo con las leyes hechas por el hombre son infieles. Todos aquellos que reciben educación en escuelas extranjeras son infieles. Esta es mi fe, hermanos míos. Si no me conoces, aquí estoy”. – Abubakar Shekau (Dirigente de Boko Haram desde 2009 hasta la actualidad).
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Redacción (16 de diciembre de 2020). Boko Haram: Cuán poderoso sigue siendo el grupo islamista que se atribuye el secuestro de cientos dde niños en Nigeria. Obtenido de BBC News Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55262304
Muelas Lobato, R. Boko Haram: La insurgencia yihadista contra la “educación occidental” en Nigeria. Documento de opinión IIEE04/2020. http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2020/DIEEEO04_2020ROBMUE_BokoHaram.pdf
Redacción (17 de diciembre de 2020). Nigeria anuncia la liberación de los más de 300 estudiantes secuestrados por Boko Haram. Obtenido de El País: https://elpais.com/internacional/2020-12-17/nigeria-anuncia-la-liberacion-de-los-mas-de-300-estudiantes-secuestrados-por-boko-haram.html