Nuevo Orden: La pesadilla del privilegio
por Jimena Navarro Flores
Este artículo no es una crítica de cine ni pretende serlo, es un análisis del discurso que representa la nueva y controversial película de Michel Franco. Nuevo Orden fue ganadora del León de Plata, premio del Gran Jurado en Venecia; por el contrario, en México la reacción fue muy diferente, incluso antes de que la película llegara al país ya había causado una fuerte indignación. ¿Por qué? Primero, porque el tráiler ya deja entrever ciertas estigmatizaciones dentro de la película. Segundo, porque en la rueda de prensa el director habló de un existente “racismo inverso” en la sociedad al usar la famosa palabra “whitexican”, situación por la que se disculpó después. Tercero, porque la realidad mexicana tiene un contexto muy diferente, mucho más complejo que el retratado en la película.
Franco recalcó en varias entrevistas que la gente primero necesitaba ver el largometraje completo y que estaban teniendo una percepción equivocada del mensaje que se buscaba transmitir. Sin embargo, a más de un mes de su estreno en las salas de cine mexicanas, la opinión pública no ha cambiado e incluso expertos se han sumado a esta desaprobación. Un ejemplo de esto, y con quien concuerdo bastante es Carlos Ramírez de Reporte Índigo, que expresó:
“Hay que decirlo: aunque Michel Franco no lo haya hecho conscientemente, su largometraje estigmatiza visual y discursivamente a los pobres y a todos los disidentes de la derecha mexicana. Incluso, esta estigmatización es agresiva porque los muestra como seres salvajes, violentos y rencorosos, un prejuicio y miedo constante de la derecha mexicana. Es decir, Nuevo Orden es la materialización de las pesadillas absurdas de la derecha mexicana, recientemente expresada en movimientos como FRENAAA y afines.”
García Puchades hace una reflexión bastante acertada en su artículo, Cine y política en Alain Badiou: el poder retórico del cine al servicio de la trasmisión de la idea política del presente, ya que dice que el cine no es capaz de reproducir ideas políticas; pero el cine si puede ser usado políticamente, siempre y cuando la construcción de su retórica, discursos simbólicos e imaginarios, contribuyan a la participación en las ideas políticas existentes.
Con esto no trato de decir que la cinta es anti AMLO o algo por el estilo, recordemos que la política va más allá de nuestros gobernantes; además, la película fue escrita hace 6 años. Más bien, me refiero a aquellos elementos que, para quienes ya vimos la película y fuimos observadorxs, son esenciales para este entendimiento político: la mochila del Partido Verde, que es obvio que nunca veremos a alguien de clase alta portarla, incluyendo a lxs militantes privilegiadxs del mismo partido; la gente con rasgos indígenas y/o de piel morena, que en esta película representa a lxs malxs (sí, así de simplonamente); y por último, las pintas de “Pinches ricos” o “Ni una más”, y la constante aparición de la pintura verde en las protestas (representativa del movimiento feminista Marea Verde), todo esto a pesar de que la película difumina la ideología de la protesta social, pero lo que sí deja claro es que la clase alta del país es la víctima de esta movilización.
La expresión cinematográfica implica una intención de decir algo sobre la realidad, aprovechando directa o indirectamente sus componentes para construir relatos significativos. Y estos relatos se ofrecen a un amplio conjunto de espectadores que dialoga con ellos en niveles individuales y colectivos. […] Así, el cine asume una necesaria implicación social con los autores, contextos y receptores que (re)configuran sus significados. (Alves, P., Melaré Barros, D. y Marques, M. C., 2019, p. 3-4)
El cine es ideológico y se encarga de legitimar o deslegitimar ciertas creencias o comportamientos sociales. Se dice que es un espejo de la sociedad, pero yo creo que también es un espejo de quién la escribe y/o dirige, porque quieran o no, dejan plasmada su percepción de la vida, de las situaciones y de todo aquello que les rodea. A mi parecer, esta es una película carente de conciencia de clase, que criminaliza la protesta social, a lxs pobres, a lxs morenxs, entre otras cuestiones.
Concuerdo con Pardo cuando dice que las limitaciones mediáticas de forma (inmediatez y fugacidad del mensaje audiovisual), y los defectos de fondo (transmisión de contenidos denigrantes), son bastante peligrosos porque dan lugar a mensajes universales de gran resonancia, no siempre acordes con la realidad histórica y social que retrata, ni con unos mínimos estándares éticos.
La conciencia de clase tiene que ver con el entendimiento de los intereses propios de una clase con respecto a la posición de las personas en las relaciones de explotación. Los intereses colectivos de clase pueden ser también para un cambio social o para mantener su posición dentro de la estructura jerárquica, por no decir sarcásticamente, la cadena alimenticia (obviamente, esto solo aplica para el caso de lxs más privilegiadxs).
Michel Franco dijo en una entrevista con Los Angeles Times “Hay que darnos cuenta de que si dejamos a la clase más pobre empobrecerse aún más y no tenemos empatía y no hacemos nada por cambiar las cosas, sí vamos a llegar, no a lo que planteo en la película, pero sí a una realidad menos esperanzadora para todos y ¿a quién le conviene eso? todos salimos perdiendo”.
A mi esto me parece indignante, analizando estas declaraciones y todo lo que representa la película. Lo que le plantea a la clase privilegiada es similar a decir, “si no cedemos tantito se nos van a salir del corral” y lo digo así porque no encuentro otra manera de expresarlo. Al final recae en la preocupación de que no le conviene a este estrato social la revelación de la base del país, sin embargo, la clase trabajadora (en la cual me incluyo), ya está perdiendo y su realidad no es nada esperanzadora actualmente en un país caracterizado por la desigualdad.
Finalmente, la afirmación implícita del filme parece decirnos que salir a exigir nuestros derechos solo puede terminar en un caos, en un golpe de estado y que no nos llevará a nada, ni beneficiará a nadie, es obviamente hecha desde una perspectiva que busca conservar su posición en la pirámide y desalentar la búsqueda de un mundo más justo y menos desigual.
–
Grupo Reforma. (2020). Michel Franco responde a los que tachan de «whitexican» a Nuevo Orden [Video]. Retomado el 24 de noviembre del 2020, de https://www.youtube.com/watch?v=EslYV5zyR80.
Ramírez, C. (2020). Nuevo Orden: una película mexicana contra los pobres en tiempos de AMLO. Reporte Indigo. Retomado el 24 de noviembre del 2020 https://www.reporteindigo.com/piensa/nuevo-orden-una-pelicula-mexicana-contra-los-pobres-en-tiempos-de-amlo/.
Alves, P., Melaré Barros, D. y Marques, M. C. (2019). Cine, Educación y Sociedad. Presentación, Icono 14, 17 (2), 1-9. doi: 10.7195/ri14.v17i2.1423
Perez, Pablo (2014). Cómo entender y estudiar la conciencia de clase en la sociedad capitalista contemporánea. Una propuesta. Theomai, (29),121-140.[fecha de Consulta 24 de Noviembre de 2020]. ISSN: 1666-2830. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=124/12431432007
García Puchades, W. (2013): Cine y política en Alain Badiou: el poder retórico del cine al servicio de la trasmisión de la idea política del presente, Icono 14, volumen 11 (1), pp. 195-215. doi: 10.7195/ri14.v11i1.554
Los Angeles Times. (2020). Michel Franco: polémica, intenciones y alcances del ‘Nuevo Orden’ [Video]. Retomado el 25 de noviembre del 2020 https://www.youtube.com/watch?v=Rhv5w8rqogc&t=1560s.
Pardo, A. (2001) «»El cine como medio de comunicación social y la responsabilidad social del cineasta»». En Codina, Mónica (ed.), La ética desprotegida: ensayos sobre deontología de la comunicación. Pamplona: Eunsa, 2001, pp. 117-141
(21) Comments